Programas de Radio La sureña (Podcast)

sábado, 8 de abril de 2017

Matemática y enfoque de género

La ciencia y en especial la matemática ha servido a la humanidad para interpretar y manipular fenómenos tanto naturales como culturales, sin embargo es notorio el peso del androcentrismo a la hora de generar conocimiento, métodos y por ende conclusiones. De tal suerte las mujeres se han visto a través de la historia relegadas a papeles secundarios en la producción de conocimientos matemáticos. A esto se le une el desprestigio que goza toda matemática realizada fuera de las esferas académicas, evitando considerar la praxis etnomatemática que poseen grupos de mujeres adultas de sectores populares. En cuanto a ello se puede decir que la enseñanza de la matemática, los estudios de Género de la ciencia, la Educación de adultos (Andragogía) y la Educación Popular, comúnmente son abordadas de manera separada. Además son escasos los trabajos que ponen en juego las vinculaciones entre estos cuatro conceptos desde una óptica multidisciplinaria y aún menos los que proponen unidades didácticas basadas en este cuarteto.

Dentro de la pestaña Biblioteca podrás descargar el artículo que sustenta dentro del marco de referentes conceptuales expuestos la propuesta expresada en el párrafo anterior. 

Considerando algunos aspectos de importancia como los siguientes hechos:

a) Los sistemas educativos formales presentan una creciente exclusión en términos de género, tanto en el fomento al acceso como en la producción del contenido relativo al campo de las ciencias. Así las mujeres resultan víctimas de un sistema de formación en matemática de carácter androcéntrico emanada de la tradición Aristotélica.

b) Los sistemas educativos formales presentan una exclusión en la capacitación y promoción a la formación educativa de personas adultas o en “extraedad”. Dicha exclusión de las escuelas formales está basada en el falso pensamiento que existe una edad límite para el aprendizaje, en tal sentido es necesaria una educación popular que brinde las herramientas necesarias para el proceso de liberación del individuo; en palabras de Valeria Di Pascuale (2010) donde no sólo se proponga “que las personas aprendan a leer y a escribir, sino que puedan aprender a leer y escribir su propio mundo, su propia realidad como primer paso para transformarla.”

c) Entendiendo que el quehacer matemático no es particular del modo en que es mostrado por los espacios educativos de carácter formal y tradicional, la etnomatemática ofrece la ventaja de la comprensión, realización y contextualización de un quehacer matemático propio de mujeres adultas que permite el abordaje de contenidos que sirven para la transformación de su pensamiento crítico con respecto a su entorno.

Se sugiere que es necesario realizar una unidad didáctica en el área de matemática que tome en cuenta los elementos de la etnomátemática como herramienta que permita generar y desarrollar conocimientos matemáticos propios de las personas adultas y en particular de mujeres, junto a las consideraciones hechas por los estudios de géneros a fin de proveer una educación incluyente, abierta, flexible y adaptativa al contexto de la/el protagonista del proceso de aprendizaje. En tal sentido la confluencia de las teorías antes citadas han de ofrecer una equidad en cuanto al abordaje del estudio en matemática. Un esquema sugerido podría ser el siguiente:

Estudio de género: aportaría las sugerencias a considerar en el proceso educativo a fin de evitar la desigualdad en trato entre hombres y mujeres; ofrecer y abordar temáticas que tienen que ver con la multiplicidad de realidades de las mujeres y no sólo aspectos relacionados con la subordinación y diferencia jerárquica con respecto a los varones, sino también frente al reconocimiento del derecho que poseen a recibir educación igualitaria; evidenciar que las mujeres pueden desarrollarse en el área matemática y por ende estudiar carreras afines a ellas; y evitar que generen desconfianzas sobre sus propias habilidades y desempeños generadas por el estigma de la relación mujer-ciencia, entre otras.

Etnomatemática: permite detectar y caracterizar los procesos matemáticos realizados por los grupos de personas adultas en situaciones cotidianas a ellas y a la vez verificar qué contenidos matemáticos están implícitos en dichos procesos para que desde ese punto emerjan justamente las herramientas pedagógicas en cuanto al abordaje y aprendizaje de dichos contenidos.

La educación popular: aportaría el espacio de inclusión social evitando la desigualdad jerárquica entre profesor-estudiante, a la vez que invita al mismo estudiante a ser protagonista de su propio proceso de formación educativa, por lo tanto a hacerse responsable de sus propios actos que lo lleven a alcanzar sus metas, siendo éstas trazadas por él/ella mismo(a). Evitando dicha jerarquización los contenidos a aprender dependerán de los propuestos en consenso por el grupo de estudiantes respondiendo a sus necesidades cotidianas, entorno laboral, creencias culturales entre otros, de tal manera que el contenido matemático a estudiar les sea de provecho, útil y le den el sentido a lo aprendido, y en consecuencia valorando más aun lo estudiado.

Andragogía: tal como lo define el Dr. Adam (1977) “Es la ciencia y el arte de instruir y educar permanentemente al hombre...”. Por tanto la educación permanente hace referencia a que el/la estudiante no comienza un proceso de formación desde cero. Por el contrario ese continuo en formación implica conocimientos previos que han venido aprendiendo en el ejercicio de sus actividades diarias. Así el conocimiento matemático ya está poseído, aprendido y aplicado, bastando solo la formalización o profundización de dichos contenidos matemáticos.

(Ernesto Rengel)

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